domingo, 21 de marzo de 2010


Días largos de pólvora en acecho. Las lámparas se balancean lentamente.

Las frutas escapan de la mesa con desesperado desconcierto.

Los que corren creyendo ir al lado contrario de la muerte no encuentran paz, están sitiados por verdugos.

Los verdugos se entretienen con la ezperanza de no tener que matarlos, de que mueran de miedo.

La cuidad es pequeña. Este país no acostumbra las ferias de muerte.

Los arboles abrazan a los pájaros con miedo y les cantan mientras los pequeños alados sueñan.

Los rebozos desfilan en la plaza con miedo, pero bailan los ojos y el valor se respira en las esquinas.

Un pueblo musical con alas de colores y ensangrentadas almas de quietud y fortaleza.

Pies descalzos ocultos tras las ramas,

tras las estrellas,

tras la posible calma.

jueves, 11 de marzo de 2010

Tipico


El era un chavo típico y simpático. Era un atento tipico y tierno. Era un rico espléndido y tipico.

Era mi amigo.

Lo conocí en el cine, Yo iba con Emiliano, "Mira Rebeca, te presento a Santiago"

Despues salimos unos meses. Al cine, a cenar, al centro, a comer, a casa de algun amigo suyo o mío.


Una tarde nos vimos en un parque. Tarde fresca, árboles llenos de pajaros, día de fiesta, él y yo sentados en el parque.

Creo que mi relacion con Emiliano estaba mal desde hace mucho. Yo estaba triste.

Santiago no tenia novia en esos dias. No hablabamos mucho de eso.

Platicamos del amor, juntos en una banca, pasó el tiempo, se hizo de noche, caminamos hasta un restaurant del centro pedimos una botella de vino, la tomamos los dos.

Despues era muy tarde. Su brazo atraveso de tras de mi y se instalo en mi espalda. Yo lo miré y tuve una sensacion que no queria perder.


Nos miramos un rato. Qué raro. Así de pronto estábamos mirándonos como si nos amaramos (o nos deseáramos).

Salimos del lugar y caminamos hasta su coche. ¿Quieres ir a tu casa?, -preguntó. La verdad no quería, quería estar con el toda la noche, con su brazo en mi espalda.Dije no, y en un rato sin darme cuenta estábamos en un pequeño motel de no sé dónde.

Entramos nos divertíamos, era una locura, tan linda como suelen ser las locuras. Yo lo queria mucho, digo, éramos amigos, él sabia de mi dolor por Emiliano, yo imaginaba que el sufría.

Llegamos a la cama, me desvistio, no se si despacio.

Estuvimos jugando un rato, luego, el quiso romperme, despedazarme, besarme, comerme, el queria estar conmigo, vengarse de las otras en mi cuerpo, el es muy fuerte.

Pero yo no queria, yo lo besé en la boca algunas veces, me acomode junto a su cuerpo y me quedé dormida.


Despertamos temprano. Qué fue eso. Qué locura. ¿Qué dia es?, ¿Que hora?

Ibamos de la mano, en su coche a mi casa. No hablábamos

Nos despedimos, no lo recuerdo cómo, tal vez un beso en la mejilla y un te llamo mañana.

Entré a dormir y desperté muy tarde.

Qué sensacion hermosa de dormir junto a su cuerpo, besarlo, mirarlo.

Qué lastima no besarlo mas.

Qué lastima no haberlo vuelto a ver, qué lastima, él era un chavo típico.